Por Sara Mtz.
Todos
reconocemos la historia de una trágica princesa que come una manzana
envenenada, Blancanieves (1937); o aquella hada azul que juega a ser Dios convirtiendo
a un títere en un niño de “verdad” Pinochio (1940); o aquel chiste sobre el
circo y el maltrato animal en Dumbo (1941).
¿Quién no ha conocido a alguien que recuerde con nostalgia a la madre de Bambi (1942)?,
o ¿qué haya sido víctima del clásico “a las doce se te termina el encanto” como La cenicienta (1950)?; o la retorcida
historia de un gato y una niña en Alicia en el país de las maravillas (1951);
estas y muchas otras referencias más.
¿Qué
es lo que tienen en común todas estas historias? Para comenzar, son películas
animadas para niños. Eso es más que obvio. Pero todas éstas fueron
producidas por la misma compañía estadounidense, nada más y nada menos, que por
Walt Disney Productions.
Sin embargo
hace poco asistí a un ciclo de animación japonesa de la posguerra en la Cineteca
Nacional, que por cierto aún continua en cartelera, y entonces me pregunté ¿Qué
pasaba en el mundo además de Disney? Disney ha producido más de 50
largometrajes, comenzando con Blancanieves, atravesando sucesos como la segunda guerra mundial, la guerra fría, la guerra de Corea, la
guerra de Vietnam…
¿Dónde
entra mi visita a la Cineteca? Pues, mientras Disney se dedicó a dominar el
mercado de las películas animadas para niños; en 1945 Estados Unidos terminaba
la Segunda Guerra Mundial con dos bombas de hidrógeno, conquistando y acabando
con la moral japonesa. Sin embargo, Japón no se detuvo por mucho tiempo y su
producción en cuanto a películas animadas abundó. Tan solo once años después de
haber perdido la guerra estrenan una película como La guarida de la serpiente blanca de Taji Yabushita y Kazuhiko Okabe. Otro ejemplo es en 1969 con la
película El gato con botas, de Kimio Yabuki apoyados por el estudio Toei Animation.
Una de estas películas japonesas, de la cual fue testigo
de su increíble historia, es Galaxy Express 999 dirigida por Rintaro, del estudio Toei Animation, o la historia de uno de sus personajes en La Arcadia de mi juventud del mismo
director. A través de las cuales se muestra una visión futurista, un
tanto pesimista, del mundo pero que no deja de tener un toque de heroísmo y una
historia poco predecible. Además de ser un poco “chispita” considerando que
eran los 70’s.
Otra largometraje que llamo mi atención fue
Naussíca dirigida por Hayao Miyazaki con el apoyo de Studio Ghibli, la cual me
permite introducir el trabajo del director a través de otras producciones ampliamente
conocidas y divulgadas a lo largo del mundo, generando millones de “Miyazaki
fans”, como El Viaje de Chihiro (2001) y El increíble castillo vagaubundo (2004),
entre muchas otras más.
Sin lugar
a dudas, una de las películas que mayor impacto puede tener en el espectador es
Gen de pies descalzos (1973) dirigida por Keni Nakazawa apoyado por el estudio
Madhouse. Este largometraje narra la historia de la población japonesa afectada por la
intervención de Japón en la segunda guerra mundial, a través de la historia de
un niño que lo pierde todo tras el bombardeo atómico en Hiroshima.
Hay un mundo de historias fuera de las producciones estadounidenses para niños. No es imposible encontrar películas animadas diferentes a las princesas de Disney: pero tal pareciera que hemos estado dominados por este tipo de historias que, hasta cierto punto, han moldeado nuestra visión del mundo y la manera en que deben ser las cosas. Las películas de animación japonesa de la posguerra abren todo un universo de posibilidades, las cuales no están sujetas a una misma casa productora o a un solo director o a un solo tema.
Por sí están cansad@s de estereotipos culturales y alecionamientos estadounidenses, aquí una opción, si bien no menos moralista pero si diferente. El link completo de la película Gen de los pies descalzos.
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