domingo, 27 de julio de 2014

Antes de que todos se vayan. Rock and roll en la Ciudad.

Por Dunia Conde

La tarde del sábado 26 de Julio en el corazón de la Ciudad, Festival Antes nos llevó a un cafecito llamado Café 123 con un showcase en el cual se presentaron cinco proyectos musicales, de los cuales solo conocía a Belafonte Sensacional pero no sólo fui por ellos, verdaderamente quería escuchar las demás propuestas, quería encontrar música nueva.

Ahora, todo los que les contaré será desde mi experiencia con el evento y cómo recibí la música para que no se espanten si leen algún desvarío.

Al llegar al Café 123 sólo seguí la música por unas escaleras y para mi sorpresa el foro donde estaba tocando Golden Rainbow Kid era en un mini patio del primer piso del café y el espacio para el público era el pasillo que conectaba varios cuartos en donde había gente comiendo y hablando. Al principio no podía creer que ese fuera el espacio pero conforme fue pasando el tiempo y la música me convencí de que así sería todo el evento. En el pasillo cabían dos hileras de personas pero como las meseras tenían que pasar a servir teníamos que dejar un espacio libre. Aproveché y busque un lugar donde acomodarme y no estorbar tanto. Realmente el lugar no era apto para un evento así, no era muy cómodo, no se podía bailar ni un poquito. Creo que eso de vivir la música de formas diferentes si va en serio con Festival Antes, pero aun así creo que las personas que aman la música y aprecian el esfuerzo realizado, vale la pena vivirlo.



Golden Rainbow Kid había comenzado cuando llegué, su único acompañante era la guitarra y su voz, desgraciadamente no escuché mucho de él. Después tocó Jorge Yun cantando en inglés con guitarra y voz, una de las canciones que recuerdo fue “Victoria”, baladita relajada. Fue para Jorge Yun la última tocada en México porque se va del país, al decirnos le agregó un poco de nostalgia a su música o al menos eso sentí por un momento y hasta una lágrima me salió. Creo que un día todos nos iremos –pensé-. Luego le siguió Mirú Mirú quien también es bajista en Belafonte Sensacional y la verdad me divertía mucho con sus ocurrencias, mientras tocaba la guitarra era conmovido por los chiles que asaban abajo en la cocina de Café 123.




En la página del evento en facebook Belafonte publicó un video de Saúl Fimbres y en la semana estuve escuchando su álbum “El Blues de las Amapolas” por el soundcloud. Desde la primera canción quedé maravillada, así que esperé con ansias el evento para ver qué tal en vivo Saúl Fimbres. Qué les digo, resultó ser mucho mejor,  llegó él muy serio, sin decir tanto comenzó a cantar y a tocar la guitarra, el folk inició con “Colgado” donde habla de la realidad violenta del país. En varias de sus rolas lo acompañó con el saxofón Jair Benavides y sus armónicas que intercalaba en cada canción que entonaba.



Las letras son sencillas pero tan directas que hizo sentir la música más cercana a mí, me trajo On the road de Kerouac a la cabeza y me dieron ganas de andar por la autopista escuchando “La noche entre los humillados”. Me remitió un poco a Johny Cash y a Bob Dylan transmitiéndome un poco de nostalgia por los viejos tiempos pero no soy de las personas que anda comparando los nuevos talentos con los clásicos. Saúl Fimbres es auténtico, es del norte del país y andante del sur de los Estados Unidos. No soy muy adepta a la música del norte como la polka, el country o el góspel pero escuchar la voz de Saúl acompañado de una guitarra y sus armónicas, es sorprendente cómo algo tan sencillo puede ser tan grande. Sí, ayer se ganó mi corazón en un pasillo apretadito del Café 123.






Finalmente llegaron todos los chidos valedores de Belafonte Sensacional, y ahí entre un maniquí con panderos coloridos y una pequeña maleta con diferentes tipos de instrumentos para hacer ruido desde las maracas, sonajas, etc. Tocaron rolas como Fuera del amor, Como Kerouac on the Road, Lo hice por el punk, y otras de su repertorio. Algo que disfruté mucho fue ver a tres niñitos de entre seis y nueve  años acompañados de sus hermanos mayores que parecían tener unos quince o dieciséis años. Los niños estuvieron todo el showcase, vieron a cada músico y felices recibieron a Belafonte Sensacional, ellos también coreaban “Lo hice por el punk”. Los juegos de manos, la trompeta, el humor de Belafonte, el pasillo atascado de gente hasta las escaleras, bueno, ya ni me importó el lugar, mientras movía mi cabeza y mi pie al ritmo de la guitarra. Era yo un muppet muy feliz.



Belafonte preguntó al público, ¿Quiénes se van del país? -y algunas personas de atrás levantaron la mano- Pues vámonos todos –respondió Bela-.


Antes de que todos nos vayamos, continuó el rock and roll en la Ciudad. 

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