Por Dunia Conde
La tarde del sábado 26 de Julio en el corazón de la Ciudad, Festival Antes nos llevó a un cafecito llamado Café
123 con un showcase en el cual se
presentaron cinco proyectos musicales, de los cuales solo conocía a Belafonte
Sensacional pero no sólo fui por ellos, verdaderamente quería escuchar las
demás propuestas, quería encontrar música nueva.
Ahora,
todo los que les contaré será desde mi experiencia con el evento y cómo recibí
la música para que no se espanten si leen algún desvarío.
Al llegar
al Café 123 sólo seguí la música por unas escaleras y para mi sorpresa el foro
donde estaba tocando Golden Rainbow Kid era en un mini patio del primer piso
del café y el espacio para el público era el pasillo que conectaba varios
cuartos en donde había gente comiendo y hablando. Al principio no podía creer
que ese fuera el espacio pero conforme fue pasando el tiempo y la música me
convencí de que así sería todo el evento. En el pasillo cabían dos hileras de
personas pero como las meseras tenían que pasar a servir teníamos que dejar un
espacio libre. Aproveché y busque un lugar donde acomodarme y no estorbar
tanto. Realmente el lugar no era apto para un evento así, no era muy cómodo, no
se podía bailar ni un poquito. Creo que eso de vivir la música de formas
diferentes si va en serio con Festival Antes, pero aun así creo que las
personas que aman la música y aprecian el esfuerzo realizado, vale la pena
vivirlo.
Golden
Rainbow Kid había comenzado cuando llegué, su único acompañante era la guitarra y su voz, desgraciadamente no escuché mucho de él. Después tocó Jorge Yun
cantando en inglés con guitarra y voz, una de las canciones que recuerdo fue “Victoria”,
baladita relajada. Fue para Jorge Yun la última tocada en México porque se va
del país, al decirnos le agregó un poco de nostalgia a su música o al menos eso
sentí por un momento y hasta una lágrima me salió. Creo que un día todos nos
iremos –pensé-. Luego le siguió Mirú Mirú quien también es bajista en Belafonte
Sensacional y la verdad me divertía mucho con sus ocurrencias, mientras tocaba
la guitarra era conmovido por los chiles que asaban abajo en la cocina de Café
123.
En
la página del evento en facebook Belafonte publicó un video de Saúl Fimbres y
en la semana estuve escuchando su álbum “El Blues de las Amapolas” por el
soundcloud. Desde la primera canción quedé maravillada, así que esperé con
ansias el evento para ver qué tal en vivo Saúl Fimbres. Qué les digo, resultó
ser mucho mejor, llegó él muy serio, sin
decir tanto comenzó a cantar y a tocar la guitarra, el folk inició con
“Colgado” donde habla de la realidad violenta del país. En varias de sus rolas
lo acompañó con el saxofón Jair Benavides y sus armónicas que intercalaba en
cada canción que entonaba.
Las
letras son sencillas pero tan directas que hizo sentir la música más cercana a
mí, me trajo On the road de Kerouac a la cabeza
y me dieron ganas de andar por la autopista escuchando “La noche entre los
humillados”. Me remitió un poco a Johny Cash y a Bob Dylan transmitiéndome un poco de nostalgia
por los viejos tiempos pero no soy de las personas que anda comparando los
nuevos talentos con los clásicos. Saúl Fimbres es auténtico, es del norte del
país y andante del sur de los Estados Unidos. No soy muy adepta a la música del
norte como la polka, el country o el góspel pero escuchar la voz de Saúl
acompañado de una guitarra y sus armónicas, es sorprendente cómo algo tan
sencillo puede ser tan grande. Sí, ayer se ganó mi corazón en un pasillo
apretadito del Café 123.
Finalmente llegaron todos los chidos valedores de Belafonte Sensacional, y ahí entre un maniquí con panderos coloridos y una pequeña maleta con diferentes tipos de instrumentos para hacer ruido desde las maracas, sonajas, etc. Tocaron rolas como Fuera del amor, Como Kerouac on the Road, Lo hice por el punk, y otras de su repertorio. Algo que disfruté mucho fue ver a tres niñitos de entre seis y nueve años acompañados de sus hermanos mayores que parecían tener unos quince o dieciséis años. Los niños estuvieron todo el showcase, vieron a cada músico y felices recibieron a Belafonte Sensacional, ellos también coreaban “Lo hice por el punk”. Los juegos de manos, la trompeta, el humor de Belafonte, el pasillo atascado de gente hasta las escaleras, bueno, ya ni me importó el lugar, mientras movía mi cabeza y mi pie al ritmo de la guitarra. Era yo un muppet muy feliz.
Belafonte
preguntó al público, ¿Quiénes se van del país? -y algunas personas de atrás
levantaron la mano- Pues vámonos todos –respondió Bela-.
Antes
de que todos nos vayamos, continuó el rock and roll en la Ciudad.
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