Por Pach el Mirón
Este fin de semana me llevaron, después de muchos años, tal
vez décadas, de vuelta al circo; uno de esos lugares que además de existir
materialmente en las carpas donde se presenta el espectáculo, están construidos
abstractamente en la imaginación de todo aquel individuo que haya tenido una
infancia porque el circo representa magia, espectáculo, misterio y tradición.
Cabe aclarar que en esta reseña me refiero al viejo circo ambulante de donde
provienen personajes como Dumbo o Cepillin, no a los nuevos perfomance, también muy
vistosos y entretenidos, como el Cirque du soleil o ese espectáculo con puros
caballos que trajeron a México este año.
En fin, regresando a la reseña como tal, les contaré las impresiones
que tuve, los sentimientos que despertaron en mí durante el espectáculo y el
debate moral –compartido con mí novia- que surgió a raíz de las nuevas leyes
que prohíben animales en los espectáculos circenses.
Todo comenzó por que el circo de los Hermanos Fuentes-Gasca llegó
a La Noria, Xochimilco, como cada año; y debo admitir que aunque siempre me ha
llamado la atención conocer esos circos pequeños familiares nunca había hecho por ir –tampoco a
los grandes espectáculos circenses que se veden por ticket master- la última
vez que fui al circo me llevó mi mamá más a huevo que a fuerza, aunque no me
desagradó pero ya ni siquiera me acuerdo cuantos años tenía. Así que está vez
fue mi chica, quien también me llevó a la obra de Marie Curie, la
que me sugirió ir al circo, a lo cual accedí gustoso. Al ir yo pensaba que esas
leyes contra los animales en el circo ya habían entrado en vigor.
En lo particular no estoy a favor de estas leyes, en general
de ninguna del nuevo gobierno del DF, ni los hoy no circula, ni las
antiprotestas, menos a los aumentos del metro; creo que a la actual
administración se la dado por promulgar decretos cesarescos que pretenden dar
la imagen de vanguardistas pero en realidad son tontos, inaplicables y de muy
dudosa eficacia. Esto no quiere decir que apoye el maltrato animal o la emisión
descontrolada de CO2; simplemente creo que la prohibición indiscriminada de
cualquier cosa nunca lleva a nada bueno, en fin, regresaremos a ese tema más
adelante.
Les sigo contando sobre el circo. Está ubicado en un pequeño terreno casi al
lado del tren ligero, antes tenían a sus animales en jaulas donde la gente
podía verlos e incluso los paseaban enjaulados por las calles cuando salían a
vocear su propoaganda, ahora no hay más que la pintoresca entrada con imágenes de
los fuentes boy y un tigresote blanco. Es una carpa pequeña,
las entradas van de los 100 a los 150 pesos y adentro venden papitas, palomitas
y nachos por 30 varos más. Al parecer este es un circo bastante familiar o así
lo hacen parecer, pues los fuentes boys y
las fuentes girls, se intuye que son
los decendientes de los fundadores del circo, son quienes se encargan de hacer
los diferentes roles de los personajes obligados: equilibristas, trapecistas,
payasos, hombres fornidos, etc. Todos interpretados por unas 10 personas más o
menos.
No es una función ostentosa o con una gran producción pero sí
es muy entretenida, está principalmente dirigida a un público muy infantil
aunque con toques picarescos y algunos trajes provocadores de los fuentes boys y las fuentes girls, en resumen hay todo lo que uno se puede esperar. Me
gustó especialmente el acto de los trapecistas, en los que me llegué a
sobresaltar más de una vez, y que la cosa es tan íntima que hasta los de escenografía
tienen que entrarle al quite; hay actos de danza aérea, payasadas algo simples,
un grandote que se para de manos como a 4 metros del piso, y hasta unos tipos
que te divinan todo lo que traes en la cartera.
Lo que me sorprendió de verás fue cuando comenzaron a poner
rejas alrededor de la arena, dando a entender que el siguiente acto involucraría
animales salvajes y así fue.
Hay un acto con varios tigres bastante impresionantes y bonitos, caballos y
camellos. Al parecer los circos tienen un periodo de tiempo para que se
deshagan de ellos y entonces sí, adiós a los shows con animales. Tampoco faltaron las fotos instantáneas, las varitas de luz,
los llaveros y los posters – estos últimos te daban la oportunidad de convivir
con los fuentes boys –.
Al final de la función, que es algo emotivo, no les diré por
que, el presentador pidió no prestar atención a los grupos ambientalistas que
están en contra de los animales en los circos, y dicen que ellos los cuidan de
forma correcta, los entrenan sin castigos y los aman como parte de su familia.
Yo no sé si esto es cierto, pero la verdad es que se veían bastante chulos.
Por eso hablaba de un debate moral al respecto, pues la
verdad un circo sin animales sí esta medio chafa, a menos que seas el Cirque du
soleil o tengas millones de dólares para montar una superproducción, el circo
ha sido históricamente una forma de acercarnos a aquello que está fuera de
nuestra cotidianeidad y de maravillarnos de lo que puede hacer el hombre; eso
incluye hacer que tigres, elefantes o camellos le obedezcan. Los animales son
la principal atracción para niños y grandes creo yo, sobre todo en los circos
pequeños, y verlos de cerca es un espectáculo valioso. Pero a la vez es triste
saber que no están en su hábitat y no existe una evidencia clara e incontrovertible
de su buen estado de salud.
Me platicaba mi novia sobre algunos datos del impacto de las
nuevas leyes anti animales o pro animales, no sé bien como llamarlas; y
destacaba que sin animales el boleto debería bajar un 60% su precio para seguir
atrayendo gente, lo que en términos claros es la muerte de estos pequeños y
tradicionales circos ambulantes.
Así que si tienen ganas de ver el espectáculo de los circos
ambulantes con todo y los animales incluidos dense una vuelta lo más pronto que
puedan; si por el contrario están en contra de ello, espérense un rato y vayan
cuando esté más barato.
A mí me gustó lo que vi, y lo recomiendo ampliamente; pues si
todo es como parece, este tipo de shows no tardarán mucho en transformarse o
morir y creo que es mejor poder contar que uno lo vio con sus propios ojos
antes de que se acabe.
Nota final.
Hace algún tiempo participaba en un proyecto estudiantil, al
cual le robé las fotos para está entrada, donde la temática era el circo. La
idea era tratar de simular la forma en que estos espectáculos han tenido que
transformarse para mantenerse en el gusto de la gente ante las vicisitudes
sociales y económicas, tal vez –eso espero– el circo sin animales sea una nueva
oportunidad para que los circos se redefinan; no es cosa fácil competir contra
el cine, la televisión, las maquinitas, el psp, el iphone, el mundial, las
olimpiadas, las novelas, la literatura; manteniendo las raíces y la tradición.
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