domingo, 13 de julio de 2014

Visita al Circo: el show debe continuar

 Por Pach el Mirón
 




Este fin de semana me llevaron, después de muchos años, tal vez décadas, de vuelta al circo; uno de esos lugares que además de existir materialmente en las carpas donde se presenta el espectáculo, están construidos abstractamente en la imaginación de todo aquel individuo que haya tenido una infancia porque el circo representa magia, espectáculo, misterio y tradición. Cabe aclarar que en esta reseña me refiero al viejo circo ambulante de donde provienen personajes como Dumbo o Cepillin, no a los nuevos perfomance, también muy vistosos y entretenidos, como el Cirque du soleil o ese espectáculo con puros caballos que trajeron a México este año.

En fin, regresando a la reseña como tal, les contaré las impresiones que tuve, los sentimientos que despertaron en mí durante el espectáculo y el debate moral –compartido con mí novia- que surgió a raíz de las nuevas leyes que prohíben animales en los espectáculos circenses.

Todo comenzó por que el circo de los Hermanos Fuentes-Gasca llegó a La Noria, Xochimilco, como cada año; y debo admitir que aunque siempre me ha llamado la atención conocer esos circos pequeños  familiares nunca había hecho por ir –tampoco a los grandes espectáculos circenses que se veden por ticket master- la última vez que fui al circo me llevó mi mamá más a huevo que a fuerza, aunque no me desagradó pero ya ni siquiera me acuerdo cuantos años tenía. Así que está vez fue mi chica, quien también me llevó a la obra de Marie Curie, la que me sugirió ir al circo, a lo cual accedí gustoso. Al ir yo pensaba que esas leyes contra los animales en el circo ya habían entrado en vigor.

En lo particular no estoy a favor de estas leyes, en general de ninguna del nuevo gobierno del DF, ni los hoy no circula, ni las antiprotestas, menos a los aumentos del metro; creo que a la actual administración se la dado por promulgar decretos cesarescos que pretenden dar la imagen de vanguardistas pero en realidad son tontos, inaplicables y de muy dudosa eficacia. Esto no quiere decir que apoye el maltrato animal o la emisión descontrolada de CO2; simplemente creo que la prohibición indiscriminada de cualquier cosa nunca lleva a nada bueno, en fin, regresaremos a ese tema más adelante.

Les sigo contando sobre el circo.  Está ubicado en un pequeño terreno casi al lado del tren ligero, antes tenían a sus animales en jaulas donde la gente podía verlos e incluso los paseaban enjaulados por las calles cuando salían a vocear su propoaganda, ahora no hay más que la pintoresca entrada con imágenes de los fuentes boy  y un tigresote blanco. Es una carpa pequeña, las entradas van de los 100 a los 150 pesos y adentro venden papitas, palomitas y nachos por 30 varos más. Al parecer este es un circo bastante familiar o así lo hacen parecer, pues los fuentes boys y las fuentes girls, se intuye que son los decendientes de los fundadores del circo, son quienes se encargan de hacer los diferentes roles de los personajes obligados: equilibristas, trapecistas, payasos, hombres fornidos, etc. Todos interpretados por unas 10 personas más o menos.

No es una función ostentosa o con una gran producción pero sí es muy entretenida, está principalmente dirigida a un público muy infantil aunque con toques picarescos y algunos trajes provocadores de los fuentes boys y las fuentes girls, en resumen hay todo lo que uno se puede esperar. Me gustó especialmente el acto de los trapecistas, en los que me llegué a sobresaltar más de una vez, y que la cosa es tan íntima que hasta los de escenografía tienen que entrarle al quite; hay actos de danza aérea, payasadas algo simples, un grandote que se para de manos como a 4 metros del piso, y hasta unos tipos que te divinan todo lo que traes en la cartera.

Lo que me sorprendió de verás fue cuando comenzaron a poner rejas alrededor de la arena, dando a entender que el siguiente acto involucraría animales salvajes y así fue. Hay un acto con varios tigres bastante impresionantes y bonitos, caballos y camellos. Al parecer los circos tienen un periodo de tiempo para que se deshagan de ellos y entonces sí, adiós a los shows con animales. Tampoco faltaron las fotos instantáneas, las varitas de luz, los llaveros y los posters – estos últimos te daban la oportunidad de convivir con los fuentes boys –.

Al final de la función, que es algo emotivo, no les diré por que, el presentador pidió no prestar atención a los grupos ambientalistas que están en contra de los animales en los circos, y dicen que ellos los cuidan de forma correcta, los entrenan sin castigos y los aman como parte de su familia. Yo no sé si esto es cierto, pero la verdad es que se veían bastante chulos.

Por eso hablaba de un debate moral al respecto, pues la verdad un circo sin animales sí esta medio chafa, a menos que seas el Cirque du soleil o tengas millones de dólares para montar una superproducción, el circo ha sido históricamente una forma de acercarnos a aquello que está fuera de nuestra cotidianeidad y de maravillarnos de lo que puede hacer el hombre; eso incluye hacer que tigres, elefantes o camellos le obedezcan. Los animales son la principal atracción para niños y grandes creo yo, sobre todo en los circos pequeños, y verlos de cerca es un espectáculo valioso. Pero a la vez es triste saber que no están en su hábitat y no existe una evidencia clara e incontrovertible de su buen estado de salud.

Me platicaba mi novia sobre algunos datos del impacto de las nuevas leyes anti animales o pro animales, no sé bien como llamarlas; y destacaba que sin animales el boleto debería bajar un 60% su precio para seguir atrayendo gente, lo que en términos claros es la muerte de estos pequeños y tradicionales circos ambulantes.

Así que si tienen ganas de ver el espectáculo de los circos ambulantes con todo y los animales incluidos dense una vuelta lo más pronto que puedan; si por el contrario están en contra de ello, espérense un rato y vayan cuando esté más barato.

A mí me gustó lo que vi, y lo recomiendo ampliamente; pues si todo es como parece, este tipo de shows no tardarán mucho en transformarse o morir y creo que es mejor poder contar que uno lo vio con sus propios ojos antes de que se acabe.  





Nota final.



Hace algún tiempo participaba en un proyecto estudiantil, al cual le robé las fotos para está entrada, donde la temática era el circo. La idea era tratar de simular la forma en que estos espectáculos han tenido que transformarse para mantenerse en el gusto de la gente ante las vicisitudes sociales y económicas, tal vez –eso espero– el circo sin animales sea una nueva oportunidad para que los circos se redefinan; no es cosa fácil competir contra el cine, la televisión, las maquinitas, el psp, el iphone, el mundial, las olimpiadas, las novelas, la literatura; manteniendo las raíces y la tradición.




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