jueves, 3 de julio de 2014

Literatura coreana: saliendo de la lectura cotidiana

Literatura coreana: saliendo de la lectura cotidiana
Uriel Odiel Sandoval Peña

Empezaré con una breve anécdota. Hace un par de meses, intentando hallar un regalo para un amiga y después de caminar por más de media hora en la colonia San Pedro de los Pinos, pude dar con Ediciones Ermitaño, cabe mencionar que soy una persona adicta a los libros y el mejor regalo a mi consideración siempre será una buena novela, cuento o poemas; pero antes de perderme en una historia trivial, debo aclarar  que llegue a dicho sitio para comprar uno de sus ejemplares de la Colección de Literatura Coreana como obsequio para mi camarada, sin embargo para sorpresa mía salí de allí con un libro más.

Gracias a está experiencia tuve  una conexión con el universo literario de Corea, lo que me llevó a  pensar: la mayoría de las personas afines a la literatura tienen preferencia al canon europeo y en pocas ocasiones dan pauta a diversificar los campos de lectura para explorar distintas producciones, con ello no quiero hacer menos a las creaciones de México o Latinoamérica por mencionar las más cercanas a nuestro entorno; pero como lectores se puede tener mayor  crítica o campo de visión en el mundo literario, si se decide romper el espacio cotidiano de lectura.

Ejemplo que traigo a discusión es la obra de Hwang Sun-Won, “Los arboles en la cuesta“, que retrata dos ambientes: el bélico, infernal, e inhumano que se vivió dentro de la guerra de Corea, y la transformación del mismo a una situación de supuesta paz donde la población tanto las milicias tienen que acomodarse a una nueva forma de vida.

Por medio de tres personajes principales: Tongjo, Yungu y Jyonte, tres soldados surcoreanos que entablan amistad al compartir el desgaste del conflicto y soportar las duras noches de enfrentamientos; pero con el armisticio, más el retorno a los “hogares“ no pueden acoplarse a la vida social: extrañan la guerra. Tongjo termina en un abismo, pierde  su romanticismo como el apego a principios morales a causa de una infidelidad. Por otra parte sus dos amigos caen en la insatisfacción y el tedio: Yungu se vuelve criador de pollos y Jyonte en su intento desidioso por salir del país en busca de un mejor entorno termina en la cárcel.

El único personaje que triunfa son los comerciantes,  los que se asientan alrededor de los campamentos con cantinas o prostíbulos aprovechando el hastío de los soldados como en el caso de Tongjo o Jyonte que de manera indirecta son orillados a su propia ruina; pero  con el ejemplo de Yungu quien a pesar de también perecer los efectos de la guerra y el sentimiento de vacío, decide acoplarse a la lógica y empezar un negocio, es decir frente a la desdicha intenta restablecerse.

No sólo es una novela de guerra que retrata la pesadilla bélica; a pesar de que rescata el perfil de los soldados, decide perseguir el proceso posterior al conflicto a partir de los tres personajes. Más allá de tratar totalmente el infierno de la guerra con los recursos testimoniales como muchas veces se dan en literatura de esta temática, o hacer una critica al conflicto, en realidad lo que persigue Hwuang Sun-won es evidenciar la fractura social que provocó la guerra y la problemática de reconstruir a una sociedad posterior al armisticio, retrata a Corea desde un posición cotidiana en tiempos de adversidad, expresa un contraste entre sufrimiento como la capacidad para afrentar el problema o recuperarse.


Insisto que con lo anterior no quiero privilegiar sólo a Corea, sino a invitar a romper la lectura cotidiana y buscar autores desconocidos, espacios muertos entre la ciudad donde encontrar un buen libro sea el triunfo de la semana o editoriales pequeñas que empiezan a introducir literatura diferente, en este caso propongo   la Colección de Literatura Coreana de la Editorial Ermitaño pero no es la única opción.

Si quieren revisar la colección: http://www.edicionesdelermitano.com/portal/catalogo/literatura-coreana.html

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